Crónica de un Manduví

En el año 2007, Ariel compone, para celebrar su cumpleaños Nº 23, una opereta cómica en un acto, para ser leída a primera vista durante su festejo. Ese mismo año, compone otras dos operetas para su mamá y su papá, teniendo en cuenta las características de sus personalidades. Durante esos festejos, convoca a sus amigos, Yamila Ojeda, Julián de Santis, Mariana Ferrer, Roxana Pantanetti, Belén Landry, y otros, para ejecutar y cantar dichas obras. En los años siguientes, compone otras más, dedicadas a su amigos Julián, Mariana, y Yamila. 




Surge entonces, la idea de llevar esas obras a los colegios como conciertos didácticos. Para ello, Ariel comienza a adaptarlas, tarea que inicia durante el año 2009, año en el que también se forma el grupo compuesto originalmente por: Yamila, Belén, Roxana, Ariel, Emiliano Tchaghayan y Julián. Los papeles y personajes se distribuyen y se asigna como “narradora” de las historias a Roxana. Originalmente se quiso agregar un contrabajo, pero desistimos.

Una vez adaptadas las primeras cuatro operetas, “El cumpleaños”, “El hada del orden”, “El pescador” y “Las andanzas de un caballero andante”, El grupo comienza a ensayar bajo el nombre de “Manduví”, un pez autóctono poco conocido, denominación que refleja el interés que tiene Ariel por los peces y la acuarofilia, y que hace referencia a la obra que lidera el grupo en ese momento, “El pescador”. Para esas primeras obras, se establece también una tarea a forma de “firma personal” del grupo: la tarea de crear su propia utilería, comenzando por los peces de la obra nombrada, y por el cuis de la obra “las andanzas...”. Las obras se van armando, y para mitad de año están todas listas para ser estrenadas. Sin embargo las pocas fechas que se consiguen, son suspendidas por la aparición de la “Gripe A”, que prolonga las vacaciones de invierno una semana más de lo previsto, provocando inconvenientes en los colegios, que finalmente cancelan las fechas propuestas.




Ese año, Ariel habla con Adrián Burset, quien se ofrece a realizar la tarea de distribuir y promocionar al grupo, tarea que no se lleva a cabo hasta el 2010, cuando es incluido finalmente en el grupo tras la partida de Julián. Se establece así, el orgánico del grupo, abandonando la percusión, para pasar a tener una guitarra, que se suma a los dos violines, cello, clarinete y teclado eléctrico.




Gracias a la iniciativa de Adrián, el grupo hace sus primeras apariciones, ya consolidado, con un espectáculo creado especialmente para ser llevado a los colegios. A fines de 2010, surge la posibilidad de tocar en secundaria, para ellos se crea la primera obra escrita especialmente para el grupo, “Las aventuras del detective Erhart”, completando el espectro “Jardín – Primaria – Secundaria” que el grupo quería tener.




Una vez en marcha, comienza la tarea de expandirnos, adaptando obras nuevas, como “El jeroglífico de Faraóna”, originalmente compuesta pata Yamila; y creando otras nuevas, como “El mago Da Capo” o “¿Y el tesoro?”, obras que son incluidas finalmente en el repertorio durante el año 2011, y que proponían la participación de otros integrantes, como Roxana, Adrián y Emiliano, en papeles principales.




A lo largo de los años, ciertos papeles fueron rotando y los personajes cambiando de personalidad, mientras que algunos quedaron establecidos desde el comienzo. La más cambiante fue “El cumpleaños”, que tiene cuatro papeles masculinos




para un grupo de tres mujeres y tres varones. En esta obra, Ariel y Yamila, conservaron sus personajes de “Marcelo” y “Felipe”, que luego pasaría a ser “Felipa”, cuando el papel de “Héctor”, interpretado por Julián, pasara a manos de Belén. y el de “José”, originalmente papel de Emiliano, a Roxana.




También, y respondiendo a las necesidades de cada obra, se rota el papel de “narrador”, que es asumido en varías obras por Adrián. La otra tarea que rota es la de “presentador”, pues las operetas constan de una “Introducción” común, que presenta los instrumentos uno por uno a través de una melodía que se repite constantemente.




Durante el año 2011 se reemplaza uno de los dos violines, a cargo de Ariel, por una viola, para variar el orgánico y completar la familia e cuerdas. Además se compra un Derbake, utolizado por Emiliano, para la obra “El jeroglífico...” y se incluye la trompeta, utilizada por Ariel, en la obra “¿Y el Tesoro?...

Gracias a todo lo que les conté y a ustedes esta historia continuará...

Ariel Frezza